Considerando que el objeto fundamental de
toda organización social está en generar impacto social sostenible-
GISS-[1],
propongo a gestores sociales y directivos considerar una visión que hasta ahora
poco se ha tenido en cuenta en organizaciones del tercer sector, y es la de gerenciar
bajo la búsqueda permanente de la efectividad, situación que se presenta
cuando hay equilibrio entre la eficiencia y la eficacia, para alcanzar
la sostenibilidad de la organización o empresa social en el tiempo.
Efectividad = Eficacia * Eficiencia
Podría ser la fórmula para el comentario
anterior, entendiéndola no desde la mirada matemática de la multiplicación o el
producto, sino desde el punto de vista de que, de no haber logros de avance positivo
en ambos conceptos, los resultados de la efectividad serán nulos o negativa.
Se entiende por Eficacia, el resultado
de hacer lo que hay que hacer, bien. Ser
eficaz significa ejecutar las acciones necesarias para cumplir con los
objetivos organizacionales, y generar el impacto social deseado. Se
relaciona ella con las labores de identificar la oportunidad social (problema),
determinar el perfil del beneficiario, y la consecuente definición del concepto
o sentido social de la organización.
El gestor social eficaz, debe tener
un amplio conocimiento del área de atención social de su interés, apalancarse en
mercadeo para el diseño de productos sociales, el desarrollo de modelos de
intervención basados en innovación y diferenciación social, y la ejecución de
campañas sociales que repercutan en la mejora del comportamiento de variables relacionadas
con la eficacia, tales como:
·
Mejoramiento
de la situación social del área de intervención de la organización
·
El número
de beneficiarios atendidos (mayor o menor valor dependiendo de la situación) frente
al total de beneficiarios potenciales
·
Aumento
del índice de satisfacción de uso del modelo de intervención o de los productos
sociales
·
Crecimiento
en el nivel de ingresos o de donaciones a la organización, e,
·
Incremento
en el número de donantes o voluntarios, entre otras más.
Por su parte la eficiencia puede
deducirse como el uso adecuado y responsable de los recursos que se utilizan para
cumplir con el sentido social y
los objetivos organizacionales. Estos pueden ser humanos, técnicos,
tecnológicos, de conocimiento o financieros, y es la responsable (no única) de conseguir
la sostenibilidad del proyecto, organización o empresa social.
Un gestor social eficiente, debe tener
conocimiento sobre temas inherentes a la gerencia y la administración de
empresas, en sus aspectos funcionales básicos como el mercadeo, la administración,
las operaciones (proyectos) y las finanzas, aplicados a su área del saber
social, pues es desde allí, que se logra la adecuada gestión de los recursos,
con fines de alcanzar la sostenibilidad.
Algunos indicadores para evaluar la Eficiencia
pueden ser: Comportamiento de los costos y gastos de operación; mejora en los tiempos
de intervención o ejecución del proyecto; mejora en los resultados respecto a
las inversiones en activos relacionadas con el modelo de intervención social.
Para
alcanzar el equilibrio entre la eficacia y eficiencia, efectividad,
el gestor social debe evitar las siguientes acciones, para obtener una gestión
efectiva:
1. Concentrar sus esfuerzos en demasía hacia
la búsqueda de la generación de impacto social (eficacia), pues puede perder control
sobre el uso de los recursos y poner en peligro, la eficiencia de la
organización. Por ejemplo, buscar aumento del número de beneficiarios sin las
condiciones necesarias para lograrlo. Sobredimensionar los objetivos de impacto
con el fin de ganar seguidores o patrocinios.
2. Controlar de manera excesiva el uso de los
recursos, sobre utilizarlos o sub utilizarlos (eficiencia), pueden dejar en
alto riesgo el logro del impacto deseado(eficacia). Contratar personal poco experimentado
para ahorrar costos, poner a disposición recursos tecnológicos o técnicos que
no pueden ser utilizados por el grupo de beneficiarios por desconocimiento o
incapacidad técnica; ejecutar modelos de intervención propios en proyectos de
alcance menor, podrían ser algunos ejemplos para el caso.
Nuevos tiempos viven las organizaciones del
tercer sector en cuanto a su manejo y gestión. Enfrentar condiciones de competencia
soportadas en el campo estratégico, exige al gestor para alcanzar sus objetivos
y cumplir con el sentido social definido, contar con una visión
más amplia de la mirada social tradicional que se concentra en generar impactos
sociales, los cuales son útiles si promueven cambios radicales, incluyendo en
ella, la preocupación por la sostenibilidad (social, ambiental, económica), la
cual solo se presenta si la organización o empresa social, es efectiva.
[1] Andrés Urrego (18 febrero 2019). Empresas sociales sostenibles-El Impacto.
Recuperado de https://losentrepreiners.blogspot.com
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