martes, 27 de diciembre de 2022

PROCRASTINANDO... ANDO...

 

“Mejor inicio el negocio el próximo año, pues éste se acabó”, será una de las frases más utilizadas por algunos emprendedores, a propósito, de la época de fin de año. Pero al mirar de manera retrospectiva sobre el asunto, se encuentra que el mismo argumento se ha utilizado una y otra vez con cambios sutiles temporales, adaptados a la época de vacaciones, a la semana santa, al fin de semana, al resfriado recién vivido, o a las condiciones políticas, económicas y hasta atmosféricas del país, todo, con el fin de aplazar el inicio de algo.

Se llama PROCRASTINACIÓN.

Una actitud antipática que todo emprendedor debe de evitar, pues va en contravía de lo que éste es, de común usanza entre quienes tienen altos niveles de miedo, desconfianza, poca autoestima o pereza para iniciar algo, considerando en la mayoría de las ocasiones, argumentos flojos, irrelevantes y hasta grotescos para no cumplir con lo pactado.

Llamada también el síndrome del estudiante, por aquello de dejar todo para el último minuto, la procrastinación lleva a muchos emprendedores al aplazamiento de sus sueños  cuando no de sus éxitos, al no enfrentar el inicio de las cosas cuando debe ser.

Lo he vivido en carne propia.

Incluso como emprendedor.

He aplazado la ejecución de ideas de negocio en las que hubiera sido pionero, seguro exitoso, y visto como otros se llenan de gloria y los bolsillos de plata porque actuaron con prontitud sin esperar a que el mundo confabulara para la acción, porque entendieron que éste ya estaba confabulando, de hecho siempre lo hace, y que lo único que quedaba por hacer era arrancar y cumplir con sus sueños y deseos sin importar nada más, obviando la consideración inoperante de disculpas, argumentos o explicaciones que encuentran  en la desidia, el temor y el vacío existencial un espacio que ocupar,  llevando al emprendedor hacia el fracaso y hacia terrenos peligrosos de disculpas que terminan en respuestas como: “ yo que iba…”,  “ si hubiera…”, “ Si fuera…”, que solo ofrecen frustración.

   Muchas razones lo llevan a uno a procrastinar.

   Menciono algunas de las que he vivido, y que, a la luz de este ensayo, considero me han perjudicado más en mi accionar como emprendedor.

   Perdí mucho tiempo de mi vida haciendo reprocesos o a la espera del estado ideal de las cosas.  He considerado que a lo hecho le falta, y que podría hacerse mejor. Pero no lo hice con la visión de la mejora continua que da el proceso, sino con el peso de la espada del perfeccionismo excesivo que poco o nada aporta en la vida, menos para emprender, el cual me ha seguido por años, incluso por estos días, causando el aplazamiento de muchos proyectos artísticos, sociales, productivos que seguro se hubieran salido adelante, si los dejaba mejorar en su trasegar cotidiano. Comprender que nada es perfecto, que todo es susceptible de mejora y progresión pueden ser algunos aspectos para considerar al momento de hacer una evaluación y desistir de iniciar o continuar con un proceso.  

   Otra razón recurrente que he tenido para la postergación y aplazamiento de proyectos ha sido el miedo al fracaso. El hecho de pensar en los sentimientos de frustración que éste genera, me llevan a que los evite a toda costa aplazando inicios cuando no abortando la continuidad de proyectos. De allí la importancia de la comprensión y asimilación de que todo evento tiene probabilidad de falla, que el fracaso hace parte del azar de la vida, y que como tal es incontrolable, incluso, después de hacer miles de estudios técnicos. La frustración se enfrenta con actitud. Es una disposición desde el ser, como lo mencioné en el artículo … el fracaso hace parte de la vida, presentado en este mismo blog, con fecha del 25 de noviembre anterior, y que menciona entre otros, la importancia de trabajar en el asunto.

   Un tercer factor que invita a la procrastinación, no menos importante que los mencionados, es el llamado síndrome del impostor. Conocido también como el síndrome del fraude, es un trastorno que sufren las personas cuando minimizan las posibilidades de logro o éxito que una acción puede tener, menospreciando sus habilidades para lograrlo, fomentando con ello la procrastinación o el perfeccionismo, ante la duda y la ansiedad que se genera. De allí la importancia de conocerse a sí mismo, de saber replantear pensamientos, ser creativos, buscar ayuda o trabajar en equipo, para enfrentar el trastorno de manera efectiva.  

   Tres razones, tres pecados de los muchos que habrá, que invitan a la procrastinación permanente, algo que todo emprendedor debe evitar a toda costa. Trabajar en el ser, en la importancia de conocerse a sí mismo con debilidades y fortalezas, a tener un proyecto de vida claro y enfocado; a  profundizar sobre causas y consecuencias a través del desarrollo de los pensamientos crítico, analítico y creativo, así como a trabajar con enfoque de solidaridad y proactividad, serán parte de las acciones a seguir para quienes desean desde ahora, desde que termine la lectura del presente ensayo, iniciar proyectos de emprendimientos sostenibles y generadores de riqueza.

   La época es lo de menos.

   La tierra continua rotando, trasladándose por el universo, y la vida generando oportunidades para quienes deseen aprovecharlas y hacer algo.

   Es tu tiempo.

   Feliz navidad y año nuevo para todos.

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