martes, 9 de mayo de 2023

Modelo GEFE para el análisis estratégico y financiero (I)

 


De las mayores debilidades que presentan los empresarios MiPyme[1] en América Latina, es la limitada capacidad que tienen para la gestión financiera de sus empresas[2]. El “complejo” entramado de números, fórmulas, conceptos, leyes que rigen el mundo contable y financiero los dejan al borde de la desidia y el desgano por el tema, llevándolos en la mayoría de las ocasiones, a delegar su manejo en personas que tienen conocimiento en consideraciones contables, legales o tributarias, pero poco en materia de finanzas corporativas, pues no es lo mismo, con las peligrosas consecuencias que trae su desconocimiento en los resultados de los negocios.

En mi recorrido como consultor experto en desarrollo de negocios, estrategia y finanzas desde el año 2.000, he acompañado a más de mil emprendedores, micro, pequeño y mediano empresarios en los temas, escuchando con repetido sonsonete respuestas como que: “¡eso es para grandes empresas…!”  “el contador es el financiero” “la tarea la hace el dueño” “¿Gestión financiera?”  al preguntar por el manejo de la función. La errada creencia de que las finanzas corporativas son para empresas de un perfil determinado ha llevado a que, en la mayoría de los casos, los administradores concentren los análisis sobre las bases contables del comportamiento de las ventas y las utilidades, la presentación comparativa de los estados contables, evitando con ello, el análisis profundo que conlleva a la gestión efectiva de sus emprendimientos y patrimonios, perdiendo consideración por las visiones estratégicas financieras del negocio. 

Debe de entenderse que las finanzas corporativas son una función vital de toda organización, emprendimiento, negocio, o como quiera llamarse, sin importar su tamaño, tiempo de vida u objeto social, tal y como lo son las áreas de mercadeo, producción (generación de servicio) y administración. Su fin está en gestionar de manera efectiva y sostenible el capital del negocio para generar y potenciar el valor patrimonial de los propietarios, y, se vale de la información contable y tributaria para analizar su comportamiento, medir su desempeño, tomar las mejores decisiones, y dar cumplimiento con los objetivos estratégicos propuestos.

Al propender por potenciar el valor patrimonial de los propietarios la gestión del financiero trasciende el frio mundo de los números, para apoyar a las demás áreas funcionales (mercadeo, producción, administración) guiándolas hacia la ejecución de estrategias y acciones que mejoren el valor empresarial.

De allí la importancia de que quien sea responsable por el cumplimiento de la función lo haga con visión empresarial orientado hacia la sostenibilidad y la valorización.

Los resultados financieros son el reflejo en números de lo que pasa en una empresa. Se presentan en los estados contables balance general, estado de pérdidas y ganancia (PYG) y el flujo de efectivo, que son los que contienen la información para medir y evaluar la operación del modelo de negocios, su capacidad y pertinencia para generar valor, y la alineación con lo que el mercado pide. Su análisis debe de abordarse con ojos de pensamiento crítico, analítico y creativo, para enrutar hacia el mejoramiento del valor patrimonial de los dueños, como se ha insistido.

Por eso la información contable debe ser precisa, confiable y llevarse a niveles estratégicos superiores. Debe permitir monitorear si el concepto y el modelo de negocios operan positivos, con especial atención sobre aquellas variables de la empresa vulnerables al comportamiento de la economía y el mercado en el corto plazo.  

Me detengo para resaltar mi posición cortoplacista en el manejo empresarial latinoamericano para promover el concepto de la Gestión Estratégica Financiera Express (GEFE)[3] de mi autoría, el cual propone gerenciar estratégicamente a las MiPymes con enfoque financiero y de corto plazo, ante lo crítico y apático que soy de la aplicación de teorías o estilos administrativos traídos de Estados Unidos, Europa o Japón que promueven el largo plazo, sin los ajustes para ser aplicados en la cultura empresarial de América Latina. ¿Mis razones?

·         El cambiante e incierto entorno social, político y económico que la rige,

·         el improvisado manejo de la política tributaria y macroeconómica de los administradores públicos de turno, y,

·         la generalizada baja capacidad de gestión de los gerentes MiPyme, quienes, en su mayoría, poco utilizan herramientas para la planificación y el control de sus negocios.

Las razones anteriores, entre otras, argumentan a mi juicio, lo poco práctico que son los ejercicios de planificación con horizontes de tiempo que superen el año. De allí mi interés por desarrollar una herramienta de análisis estratégico y financiero que permitiera medir la calidad de las decisiones tomadas y su injerencia en el desarrollo del negocio, mediante el estudio del comportamiento de indicadores financieros de orientación de corto plazo, su alineación con la estructura estratégica básica representada en el concepto y el modelo de negocio, y la capacidad para generar valor permanente.

Gestionar el corto plazo para garantizar la sostenibilidad y el futuro del negocio, es mi visión de la GEFE. Por eso el largo plazo no se pierde de vista.   


(Espera la segunda parte de este ensayo y como funciona el modelo, la próxima semana)

[1] Micro, pequeñas y medianas empresas-MiPymes

[2] Centro Europeo de Posgrados-CEUPE. Fortalezas y debilidades de las PYMES. CEUPE. https://www.ceupe.mx/blog/fortalezas-y-debilidades-de-las-pymes.html

[3] Andres Urrego

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