Los empresarios Mipyme, en su mayoría, deberían fortalecer el concepto de lo que esto significa ser. Pocos dimensionan la importancia de su rol en el mundo, quedando envueltos en el criterio de manejar sus negocios como trabajaderos, o unidades productivas de poca monta, perdiendo el foco de lo que significa ser uno, con todo el sentido de la palabra.
Dice la Real Academia Española de la Lengua- RAEL- sobre empresario, que es el "titular propietario o directivo de una industria, negocio o empresa", definición que no limita al tamaño de la empresa para serlo, y que incluso se torna cicatera al momento de trascender el título, dado el protagonismo y la responsabilidad que tienen en el desarrollo social y económico del mundo.
De acuerdo con la ONU, en el artículo Fomentar las MIPYME mediante el apoyo a las mujeres y la juventud emprendedora y las cadenas de suministro resilientes, publicado el pasado 27 de junio en marco de la celebración del día mundial de las MiPyme, anota que estas representan el 90% de las empresas del globo, generan entre el 60 y el 70% del empleo, y contribuyen con el 50% del PIB mundial, convirtiéndolas en protagonistas sin rival de la transformación económica, la generación de empleo y la búsqueda del desarrollo sostenible.
Deja en el aire la reflexión sobre la importancia de apoyarlas en términos de política pública, así como la de promover su capacidad de gestión, con el fin de hacerlas sustentables, sostenibles, y generadoras de valor.
En esto último me quiero detener.
En lo de la capacidad de gestión.
Y es que luego de acompañar a miles de ellas a lo largo de América latina, a través de programas financiados con recursos de la ONU, el BID, o USAID, he descubierto con asombro, la desidia con la que muchos de sus gerentes abordan los temas gerenciales aduciendo entre otras limitantes, el tamaño, el nivel de ingresos, el poco impacto en el mercado, o la falta la preparación académica en la materia, para no manejar de manera eficiente y eficaz sus negocios.
La noticia es que el tamaño, el nivel de ingresos, o la falta de preparación académica no son una disculpa para gestionarlas con efectividad.
Es el interés de hacerlo bajo el manto de una mentalidad que trasciende las visiones de trabajadero, y que enruta hacia la búsqueda de la riqueza, tal y como debería ser, puesto que un negocio es una inversión que debe de ofrecer rendimientos más allá del título de propiedad.
Mentalidad.
"Modo de pensar o configuración mental de una persona", según la RAEL.
Mentalidad emprendedora, innovadora y de riqueza es la que deberían tener los empresarios MiPyme para buscar el éxito de sus pequeños negocios. Mentalidad de progreso, desarrollo, para construir un mundo diferente, mejor, y aportar al bienestar de todos.
Es la que poseen los exitosos.
La que los diferencia de los demás, pues su objetivo está en cambiar el mundo para mejorar su calidad de vida y como consecuencia, hacer dinero. Por eso (la mentalidad)no tiene tamaño de empresa, nivel de ingreso o pergamino académico que la soporte, pues es la mente la que domina y orienta la acción. De allí mi llamado a promover un cambio de mentalidad que supere la visión de buen trabajadero que tienen, la de la lucha permanente por la supervivencia, y la dirijan hacia una de empresa, con criterios de sostenibilidad, rentabilidad y generación de valor.
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