jueves, 12 de octubre de 2023

Elevar el EGO para pagar dividendos

Me comenta un cliente angustiado el otro día, que nunca había sacado utilidades de su negocio, y ya llevaba 5 años con él. 

Yo le respondí que entre empresarios mipyme era más normal de lo que creía, pues muy pocos exigen al negocio la retribución financiera por la inversión hecha,  debido entre otros, a que no planifican sus utilidades, o cuentan con una política de pago de dividendos definida. 

Agregué que al negocio hay que exigirle que cumpla con los dueños, tal y como se hace con el pago de salarios, arriendo, servicios públicos, compra de materia prima, o atención del servicio de la deuda, añadiendo a sus compromisos la repartición de utilidades.   

Y hablo de convertirla en una obligación, pues los negocios se montan para generar riqueza entre quienes invierten en ellos, y los dividendos son la vía para que el inversionista recupere lo invertido, aumente el valor patrimonial, al igual como si hubiese adquirido un CDT, acciones, o colocado dinero a modo de préstamo, de manera informal. 

Con un agravante.

Invertir en negocio propio es una inversión de riesgo de alto nivel.

No porque el capital invertido se pueda perder. 

Sino porque en el evento de que las cosas no funcionen bien, puede conllevar a que todo lo construido por años se derrumbe, y quede en manos de los acreedores, puesto que en la mayoría de nuestras legislaciones, el propietario responde con su propio patrimonio, por lo que pase en el negocio. 

Lo anterior debe llamar la atención de los empresarios. 

Invitarlos a la planificación de sus empresas para orientarlas hacia donde van, incluyendo en el ejercicio, durante la etapa de presupuestación, el pago de utilidades o dividendos, como parte de las obligaciones fundamentales a cumplir, como lo son las mencionadas párrafos arriba. 

Por eso quienes gerencien sus propios negocios deben conocer sobre como se proyecta un flujo de caja operativo, o de caja libre, o del efectivo generado por la operación -EGO- para que con base en ellos, se planifique y determine la posibilidad de acceso a utilidades, y se mejore la expectativa que el propietario tiene sobre su propio negocio. 

De allí mi propuesta de conocer el indicador margen de expectativa de propietarios y acreedores -MEPA- de mi autoría, presentando en el artículo modelo GEFE para el análisis estratégico y financiero: La herramienta del mes de mayo, el cual invita a considerar la importancia de determinar el EGO, como garante para el cubrimiento de las obligaciones financieras y el pago de dividendos del negocio. 

Para hallar el MEPA se tiene: 

MEPA=      Servicios de deuda + dividendos < 1

           EGO

Significa la ecuación que no es prudente gastar en deudas y dividendos lo que no se tiene, pues el EGO, que es lo que sobra después de descontar a los ingresos, los costos, gastos, impuestos, y el cubrir el incremento del capital de trabajo operativo  (cuentas por cobrar  e inventarios) de un período a otro, determinando la disposición para cumplir con obligaciones de deuda, pagar dividendos, y lo atractiva que es la empresa para quienes prestan dinero(instituciones bancarias), han invertido, o quieren invertir en ella.  

Por eso el indicador no debe superar el factor 1. 

Porque no puede gastarse sobre lo que no hay.

De allí la importancia de realizar diagnósticos financieros para identificar la situación financiera de forma recurrente, proyectar el negocio para que el EGO mejore, buscando deje remante para atender el servicio de la deuda y pague dividendos. 

Lo anterior impulsado por estrategias de desarrollo empresarial orientadas a incrementar los ingresos; de eficiencia para optimizar o disminuir costos y gastos; y de políticas claras y coherentes frente al manejo de las cuentas por cobrar, los inventarios y la adquisición de deuda, con el fin de alcanzar el cometido, repartir utilidades.  


Mi invitación final para que las Mipyme rindan económicamente y ofrezcan posibilidades financieras para quienes invierten en ellas; para que el empresario se concientice sobre la importancia de orientar la estrategia de negocio para lograrlo; para buscar elevar el EGO y convertir la repartición de utilidades en algo recurrente y no excepcional. 

Debería ser el propósito a seguir.

 

Agradezco tu opinión y comentarios.


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jueves, 5 de octubre de 2023

FELICIDAD EN LOS NEGOCIOS

 

Siempre he hecho lo que me gusta y hace feliz.

Es mi definición de ser exitoso, una que trasciende los ámbitos del dinero, el poder, la vida llena de activos, o el afán desmedido por el reconocimiento, algo tan propio del mundo del arte, la academia, o el ejercicio profesional en el que me desempeño.

Soy humanamente feliz y exitoso. 

Y lo soy porque he afrontado la vida con actitud, sin desconocer que ésta no siempre ha jugado a mi favor, firme a mis convicciones y principios, sin perder el horizonte definido.

Dentro de ese orden de ideas, elegí ser emprendedor, como lo he escrito en artículos anteriores, con el sueño idílico de ser parte de un mundo lleno de ellos, de seres independientes social y económicamente, dentro de los que caben los millones de empresarios pyme del mundo. 

Pero lo importante de este escrito, es el hecho de ser feliz. 

Un tema que ha estado alejado del mundo de los negocios y la economía en general, pues las preocupaciones se han concentrado en la generación de billete, el crecimiento del PIB, y la falsa creencia de que con estos se alcanza la felicidad y la satisfacción en la vida, cuando en realidad la situación es de sentido contrario: de la felicidad se logra el éxito en sus diferentes expresiones: personal, profesional, económico, etc. 

Una preocupación que ha estado siendo considerada con seriedad, desde años atrás. 

Países como Finlandia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Japón, Escocia, Estados Unidos; empresas como Google, Manpower, Deloitte, Virgin, Netflix, han considerado el asunto poniendo en marcha ministerios, oficinas especiales, o áreas organizacionales dedicadas a considerar su promoción. Universidades como Harvard, Berkeley, Columbia o Yale, ofrecen hoy cursos dedicados al fortalecimiento de habilidades blandas para lograrlo, ¡tal y como lo expone Andrés Oppenheimer en su libro! ¡Cómo salir del Pozo! de reciente publicación. 

Y es que desenfocamos nuestra vida por ir tras placebos que ofrecen alegrías momentáneas. 

Placebos que al no encontrar retorno emocional positivo llevan a la depresión, la ansiedad o el estrés, debido a la baja autoestima, a la poca tolerancia al fracaso, y, al poco desarrollo de otras habilidades que seguro nos harían más felices, como lo son la gratitud, la solidaridad, y la caridad, entre otras. 

Menciona el libro referido, el curso de "Liderazgo y Felicidad" ofertado por la Universidad de Harvard, impartido por el profesor Arthur Brooks, gurú, experto en la materia, el cual deja entre sus mensajes, que la felicidad es el resultado de la conjunción de cuatro factores: familia, amigos, trabajo con sentido y filosofía de vida.

Comparto la posición. 

Familia, porque es el eje fundamental de nuestra existencia, de donde proviene nuestra formación moral, ética, y la esencia de como enfrentamos la vida.

Amigos, porque son la base del relacionamiento social, de las conexiones, y garantes para no caer en la soledad y el aislamiento absoluto.

Trabajo con sentido, haciendo lo que nos gusta y place, pues hace parte de nuestro proyecto de vida, generando dinero por hacerlo y,

Filosofía de vida, clara, definida, alienada con quien se es como ser humano, porque es la que exalta y mueve al espíritu para mantenerse vibrando y resonando con el universo.


Son tiempos de trascender las visiones economicistas del manejo de países y empresas, hacia unas más humanistas. Sin significar que lo económico y financiero no son de utilidad, invito a considerar indicadores que vayan más allá de PIB o los flujos de caja para medir el éxito de gobiernos o empresas. Bien lo planteó Adam Smith, padre de la economía moderna en su ensayo La teoría de los sentimientos morales, donde escribió que el éxito de las naciones también debe ser determinado “(…) por la proporción y medida en que hacen feliz a su población (…)”

 

 Agradezco tu opinión.