Mucho se habla de la
mentalidad emprendedora. De lo importante que es desarrollarla, y de cómo ser
emprendedor(a) puede salvarte hasta la vida, en especial por estos días, cuando
estamos a punto de cumplir el primer cuarto del siglo XXI: el de la 4ª. Revolución,
la revolución digital; el de la era del emprendimiento y la innovación, según
los expertos.
La mentalidad emprendedora
no es exclusiva de quienes quieren tener su propio negocio. Es una
actitud frente a la vida de quienes no esperamos a que las cosas sucedan,
sino, que, por el contrario, las hacemos suceder saliendo como
caballos desbocados, huyendo despavoridos de las redes de la procrastinación, palabra
que por cierto estremece con solo oírla, en
especial si se es del género masculino, llevando en la mayoría de las casos al
error, al camino equivocado, creando caos entre quienes nos rodean y aman,
al vernos girar sin dirección en nuestras vidas.
La búsqueda de la independencia
social y económica como eje motivador del emprendedor, es personal y
propia. Se lleva en el corazón, en lo profundo del alma, y no es asunto para cualquiera.
Hay que tener piel de
aguante para ser uno en una sociedad que castiga a quien decide poner cote a
su destino, y es visto como si fuera lo peor, una paria social e
irresponsable por hacerlo, recibiendo críticas por haber tomado la decisión de
“jugar” con su futuro y el de quienes lo rodean.
No lo digo yo.
Lo respalda los informes del Global Entrepreneurship Monitor -GEM- al mencionar razones por las que en latinoamericana el emprendimiento empresarial no es la primera opción, a pesar de los esfuerzos hechos por gobiernos y universidades por sacar a la calle emprendedores como arroz, y convertirlos en instrumentos de desarrollo social y económico, tal y como ocurre en los países del norte, en donde la situación es diametralmente opuesta.
Soy de la creencia de que todos somos emprendedores por naturaleza. Pero el entorno se encarga de apagar o avivar la llama que necesitamos para continuar. La presión social por el sueldo y el empleo estable, castigar el fracaso, el afán por el resultado y demeritar a quien inicia su propio proyecto empresarial "por "loco", ataja a más de uno en el impulso emprendedor, como lo muestra la fuente de información referenciada, en investigaciones y datos emitidos por años en sus plataformas.[1]
Ser emprendedor no es cosa de la noche a la mañana.
Es
el resultado de años de trabajo, del perfeccionamiento y desarrollo de una serie de habilidades y actitudes que hacen que con el tiempo se
sea mejor, cumpliendo con un proyecto de vida claro y definido, para el caso
de este escrito, dedicado al emprendimiento empresarial, para alcanzar la independencia social y económica mencionada.
En eso hago valer mi
tendencia agorista de nivel moderado en el tema.
En optar por la opción del empresarismo, del
montaje de empresas o la independencia profesional para lograrlo, entendiendo que
no todos los seres humanos tienen las condiciones para ello, pues exige una forma diferente
de ver y asumir la vida.
Según el GEM, se estima que en el mundo hay cerca de 580 millones de emprendedores.
Casi el 7% de la población mundial, o sea muy pocos, lo que nos hace pertenecer a un grupo minoritario, si no bien selecto, de personas con un interés profundo, visceral, por ser libres, independientes social y económicamente. Personas que tenemos el deseo de construir un mundo mejor, más allá del interés primario por el dinero, solucionando problemas, satisfaciendo necesidades o aprovechando oportunidades de negocio, como otros no lo han hacen.
Lo hacemos porque tenemos en un nivel superior una serie de habilidades y actitudes que nos hace más emprendedores que el común. Ojo, más emprendedores, no superiores. Actitudes que marcan la diferencia entre un emprendedor empresarial y quien no lo es, y que tienen que ver con el ser, con la forma de abordar la vida y su cotidianidad y que propongo para desarrollar la mentalidad emprendedora y enfrentar las exigencias del siglo XXI, de mejor manera. :
Pasión
Es una emoción que lo hace
ir a uno hasta el final sin recriminar ni renegar, de los obstáculos que se
presentan. La pasión fortalece la capacidad de orientación al logro que todo
emprendedor debe tener. Se desarrolla en la medida en que uno se conozca mejor,
y se tenga un proyecto de vida claro.
Curiosidad
Es una habilidad del ser
que lo lleva a uno a buscar el origen, la razón y las consecuencias de las
cosas. Es la base para desarrollar el pensamiento crítico y analítico, y mejorar el proceso de toma de decisiones. Analizar situaciones utilizando
el árbol de problemas, por ejemplo, ayuda al mejoramiento de la actitud.
Imaginación
Es una habilidad de la mente por crear cosas. Promueve la amplitud perceptual, y apoya al pensamiento creativo para crear soluciones únicas e innovadoras. Inventar historias, realizar ejercicios de creación artística, lluvias de ideas para plantear soluciones, ayuda para ser más imaginativo.
Cooperación
Es la forma de actuar de manera conjunta, voluntaria,
con otras personas para cumplir un objetivo. Fundamenta la capacidad de trabajo en equipo, una competencia vital del siglo
XXI. La realización de actividades y juegos grupales, la creación de comunidades sostenibles con los mismos intereses, son algunas acciones que seguir
para promoverla de manera efectiva.
Proactividad
Es la capacidad de tener
iniciativa y arrancar cosas sin esperar a que otros lo hagan, Es la esencia del
emprendimiento, y desarrolla la orientación a la acción en el emprendedor. Planear, ponerse retos, metas, evitar procrastinar e iniciar proyectos, son algunas actividades a realizar para promover la
competencia.
Pasión, curiosidad,
imaginación, cooperación y proactividad, cinco actitudes del siglo XXI que
llevarán a cualquier emprendedor, a un nivel superior. Buscar su mejoramiento y
desarrollo será una tarea a seguir por quienes quieran sobrevivir en el duro
mundo del emprendimiento empresarial, uno que no escatima en costos para aplacar
a quien no se encuentra preparado para enfrentarlo y sobresalir en él.
Gracias por tu lectura. Nos
leemos en el próximo ensayo.
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[1] Global Entrepreneurship Monitor. Resultados del proyecto de investigación. GEM. En https://gemcolombia.org/publicaciones/
Super!! el mensaje
ResponderEliminarGracias por el comentario. Comparte el artículo entre conocidos y promover la reflexión.
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