“Nada, profe”, me respondió quien otrora, fuera uno de
mis mejores alumnos de emprendimiento, un día que nos encontramos en el centro
comercial. “Sigo madurando la idea”, remató incómodo, ante la pregunta.
Yo arqueé las cejas, hice un leve movimiento con la
cabeza como si fuera asentir con asombro, y le dije: “¿Madurando? Y, ¿cómo
sabes cuando la hará?”
Goez me miró con cara de no tener respuesta. Distrajo la mirada por un par de segundos, y
tras un tenso silencio, se despidió tímido dejando un halo de frustración en el
ambiente, seguro maldiciendo el momento en que nos volvimos a encontrar.
Lo observé alejarse y entre dientes musité “es un Wantrepreneur”.
“¿Wantrepreneur?”, Se preguntará usted apreciado
lector, extrañado con la palabra.
“Wantrepreneur”, repito yo, explicando que se
trata de un término en inglés que da cuenta de aquellas personas que sueñan,
desean, y hasta se obsesionan, con ser emprendedores, tener su propio negocio, pero
no concretan nada.
Latinoamérica está lleno de ellos.
De muchos que sueñan con tener su propia empresa, ser sus
propios jefes, volverse ricos, y famosos, gerenciando sentados tras grandes
escritorios con las piernas estiradas, fumando tabaco.
Pero la idea no pasa de allí.
De la ilusión exitosa que tienen en la mente.
Asisten a reuniones, ruedas de negocio; participan en
concursos de emprendimiento, ganando incluso algunos de ellos; llevan tarjetas
de presentación personal para repartir en todos lados, cotorrean presumiendo acerca
de lo buena que es la idea, de lo exitosa que puede ser, del modelo, de las
proyecciones que tiene, utilizando a la perfección el argot del mundo de los negocios,
pero al confrontarlos por su materialización, tienen una disculpa de “peso”
para no haberla ejecutado.
Pareciera que describo a profesores de emprendimiento
universitario, pero no es así. El Wantrepreneur está entre nosotros sin
esconderse. El factor cultural ayuda para su promoción. No obtiene logros por aferrarse
como garrapata a disculpas sostenidas en el miedo por el qué dirán, a la falta
de recursos, o al “mañana empiezo”, para iniciar lo soñado.
He sido uno de ellos.
Aún, siendo un emprendedor por naturaleza, de haber
iniciado decenas de emprendimientos empresariales entre exitosos y fracasados,
he caído en sus redes en algunos momentos de mi vida. He vivido y sentido en
carne propia la impotencia de desarrollar una idea de negocio y no lograrlo, por
llenarme de disculpas solo validas en mi mente, para después llorar, y
carcomerme de la rabia por no haberla concretado, o viendo como otros la
materializan y son exitosos con ella.
¿Y cómo se si soy uno de ellos?, se indagará amigo lector,
inquieto con el tema.
Considere alguno de los siguientes aspectos para evaluar
si hace parte del grupo. De serlo, trabaje para salirse del apelativo y
consolidarse como un verdadero emprendedor:
Preocupación
excesiva por las ideas:
No existe la mejor idea, ni la más madura. Lo importante es tener claridad
frente a la necesidad de mercado que se va a satisfacer, para generar una idea de
negocio con alto sentido de diferenciación o innovación, para lanzarse al ruedo
sin temor. Socialízala con expertos de confianza, valídala con el mercado para
medir su potencial, dejando de lado el miedo a que la “roben”. Si ese es tu temor,
lo más probable es que no tengas una tan buena como lo crees. Utiliza
herramientas para evaluar su viabilidad, como el diamante de las ideas
innovadoras de Jorge Mesa Cano[1],profesor de la
Universidad EAFIT de Medellín, para medir y potencializar su desarrollo.
Queja
por recursos insuficientes:
Inicia con lo que tienes. El capital,
los recursos técnicos, tecnológicos o humanos nunca serán suficientes para
poner en marcha el negocio ideal. Saca a flote tu capacidad discursiva y
capitalízate a través de las preventas; utiliza la figura del outsourcing para
finiquitar procesos productivos, si el problema es de capacidades, recursos
técnicos o humanos. Cede poder y
participa del negocio a otros. Siempre será mejor ser el dueño del 1% de algo
exitoso, que del 100% de nada.
Procrastinación:
No dejes para mañana
lo que puedas hacer hoy. No hay que esconder tras disculpas los temores, falencias
y a falta de proactividad personal, para aplazar el montaje y puesta en marcha
de una empresa o proyecto. Las disculpas
no validan nada, y solo crean vacíos de frustración al ver incumplidos los
sueños y deseos de cada uno. Te invito a la lectura de mi artículo Procastinando… ando en este mismo blog, y mira opciones para
superarla[2].
Miedo
al fracaso: Muy
pocos emprendimientos salen exitosos a la primera. Lo normal es caer para
levantarse una y otra vez, hasta que logres lo que te has propuesto. Ninguno de
los llamados “grandes emprendedores” lo hizo a la primera. No te contagies de
la incompetencia y el miedo colectivo por alcanzar logros mayores.
Mi artículo El Fracaso Hace Parte de la Vida, te dará una idea de como asumiéndolo,
te irá mejor[3].
No
proyecto de vida: Define
tus objetivos y metas de vida. Es la base para actuar con pasión, y
cumplir los propósitos definidos. Se es emprendedor por convicción. No por
casualidad ni necesidad. Conocerse bien a sí mismo: capacidades, debilidades,
fortalezas, sueños, deseos, ideales, te ayudará a clarificar tu futuro y
encaminarte hacia él.
Para terminar, hago invitación para fortalecer las
actitudes del emprendedor propuestas en el escrito Emprendedor,
personaje del siglo XXI. Con su desarrollo, superarás el trance de convertirte
en un Wantrepreneur, si la situación es de paso, como me sucedió. De lo
contrario, trabaja para fortalecer tus competencias intraemprendedoras,
y perfílate para ser el empleado o el ejecutivo del mes poniendo tus
capacidades al servicio de otros. No todos nacimos con la capacidad de ser
emprendedores empresariales. El comentario no es despectivo, es reflexivo. Al
fin y al cabo, una cosa es soñar y querer, otra, hacer realidad.
Gracias por
tu lectura. Nos leemos en el próximo ensayo.
No olvides
dejar tu comentarios, los apreciaría mucho.
Te invito a seguirme en redes sociales.
Encuéntrame
en Facebook, Instagram y Twitter como: urregoescritor
[1] Jorge
Mesa Cano. Generación y Captura de Ideas: Un Reto para la Innovación. Catedra
de innovación empresarial. https://www.eafit.edu.co/escuelas/administracion/emprendimiento-academico/bitacora-de-innovacion/casos-catedra-de-innovacion/Documents/Generacion-y-Captura-de-Ideas-Un-Reto-para-la-Innovacion.pdf
[2]
Andrés Urrego. Procrastinando…Ando. https://losentrepreiners.blogspot.com/2022/12/procrastinando-ando.html
[3]
Andrés Urrego. El Fracaso Hace Parte de la Vida. https://losentrepreiners.blogspot.com/2022/11/el-fracaso-hace-parte-de-la-vida.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario