jueves, 12 de octubre de 2023

Elevar el EGO para pagar dividendos

Me comenta un cliente angustiado el otro día, que nunca había sacado utilidades de su negocio, y ya llevaba 5 años con él. 

Yo le respondí que entre empresarios mipyme era más normal de lo que creía, pues muy pocos exigen al negocio la retribución financiera por la inversión hecha,  debido entre otros, a que no planifican sus utilidades, o cuentan con una política de pago de dividendos definida. 

Agregué que al negocio hay que exigirle que cumpla con los dueños, tal y como se hace con el pago de salarios, arriendo, servicios públicos, compra de materia prima, o atención del servicio de la deuda, añadiendo a sus compromisos la repartición de utilidades.   

Y hablo de convertirla en una obligación, pues los negocios se montan para generar riqueza entre quienes invierten en ellos, y los dividendos son la vía para que el inversionista recupere lo invertido, aumente el valor patrimonial, al igual como si hubiese adquirido un CDT, acciones, o colocado dinero a modo de préstamo, de manera informal. 

Con un agravante.

Invertir en negocio propio es una inversión de riesgo de alto nivel.

No porque el capital invertido se pueda perder. 

Sino porque en el evento de que las cosas no funcionen bien, puede conllevar a que todo lo construido por años se derrumbe, y quede en manos de los acreedores, puesto que en la mayoría de nuestras legislaciones, el propietario responde con su propio patrimonio, por lo que pase en el negocio. 

Lo anterior debe llamar la atención de los empresarios. 

Invitarlos a la planificación de sus empresas para orientarlas hacia donde van, incluyendo en el ejercicio, durante la etapa de presupuestación, el pago de utilidades o dividendos, como parte de las obligaciones fundamentales a cumplir, como lo son las mencionadas párrafos arriba. 

Por eso quienes gerencien sus propios negocios deben conocer sobre como se proyecta un flujo de caja operativo, o de caja libre, o del efectivo generado por la operación -EGO- para que con base en ellos, se planifique y determine la posibilidad de acceso a utilidades, y se mejore la expectativa que el propietario tiene sobre su propio negocio. 

De allí mi propuesta de conocer el indicador margen de expectativa de propietarios y acreedores -MEPA- de mi autoría, presentando en el artículo modelo GEFE para el análisis estratégico y financiero: La herramienta del mes de mayo, el cual invita a considerar la importancia de determinar el EGO, como garante para el cubrimiento de las obligaciones financieras y el pago de dividendos del negocio. 

Para hallar el MEPA se tiene: 

MEPA=      Servicios de deuda + dividendos < 1

           EGO

Significa la ecuación que no es prudente gastar en deudas y dividendos lo que no se tiene, pues el EGO, que es lo que sobra después de descontar a los ingresos, los costos, gastos, impuestos, y el cubrir el incremento del capital de trabajo operativo  (cuentas por cobrar  e inventarios) de un período a otro, determinando la disposición para cumplir con obligaciones de deuda, pagar dividendos, y lo atractiva que es la empresa para quienes prestan dinero(instituciones bancarias), han invertido, o quieren invertir en ella.  

Por eso el indicador no debe superar el factor 1. 

Porque no puede gastarse sobre lo que no hay.

De allí la importancia de realizar diagnósticos financieros para identificar la situación financiera de forma recurrente, proyectar el negocio para que el EGO mejore, buscando deje remante para atender el servicio de la deuda y pague dividendos. 

Lo anterior impulsado por estrategias de desarrollo empresarial orientadas a incrementar los ingresos; de eficiencia para optimizar o disminuir costos y gastos; y de políticas claras y coherentes frente al manejo de las cuentas por cobrar, los inventarios y la adquisición de deuda, con el fin de alcanzar el cometido, repartir utilidades.  


Mi invitación final para que las Mipyme rindan económicamente y ofrezcan posibilidades financieras para quienes invierten en ellas; para que el empresario se concientice sobre la importancia de orientar la estrategia de negocio para lograrlo; para buscar elevar el EGO y convertir la repartición de utilidades en algo recurrente y no excepcional. 

Debería ser el propósito a seguir.

 

Agradezco tu opinión y comentarios.


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jueves, 5 de octubre de 2023

FELICIDAD EN LOS NEGOCIOS

 

Siempre he hecho lo que me gusta y hace feliz.

Es mi definición de ser exitoso, una que trasciende los ámbitos del dinero, el poder, la vida llena de activos, o el afán desmedido por el reconocimiento, algo tan propio del mundo del arte, la academia, o el ejercicio profesional en el que me desempeño.

Soy humanamente feliz y exitoso. 

Y lo soy porque he afrontado la vida con actitud, sin desconocer que ésta no siempre ha jugado a mi favor, firme a mis convicciones y principios, sin perder el horizonte definido.

Dentro de ese orden de ideas, elegí ser emprendedor, como lo he escrito en artículos anteriores, con el sueño idílico de ser parte de un mundo lleno de ellos, de seres independientes social y económicamente, dentro de los que caben los millones de empresarios pyme del mundo. 

Pero lo importante de este escrito, es el hecho de ser feliz. 

Un tema que ha estado alejado del mundo de los negocios y la economía en general, pues las preocupaciones se han concentrado en la generación de billete, el crecimiento del PIB, y la falsa creencia de que con estos se alcanza la felicidad y la satisfacción en la vida, cuando en realidad la situación es de sentido contrario: de la felicidad se logra el éxito en sus diferentes expresiones: personal, profesional, económico, etc. 

Una preocupación que ha estado siendo considerada con seriedad, desde años atrás. 

Países como Finlandia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Japón, Escocia, Estados Unidos; empresas como Google, Manpower, Deloitte, Virgin, Netflix, han considerado el asunto poniendo en marcha ministerios, oficinas especiales, o áreas organizacionales dedicadas a considerar su promoción. Universidades como Harvard, Berkeley, Columbia o Yale, ofrecen hoy cursos dedicados al fortalecimiento de habilidades blandas para lograrlo, ¡tal y como lo expone Andrés Oppenheimer en su libro! ¡Cómo salir del Pozo! de reciente publicación. 

Y es que desenfocamos nuestra vida por ir tras placebos que ofrecen alegrías momentáneas. 

Placebos que al no encontrar retorno emocional positivo llevan a la depresión, la ansiedad o el estrés, debido a la baja autoestima, a la poca tolerancia al fracaso, y, al poco desarrollo de otras habilidades que seguro nos harían más felices, como lo son la gratitud, la solidaridad, y la caridad, entre otras. 

Menciona el libro referido, el curso de "Liderazgo y Felicidad" ofertado por la Universidad de Harvard, impartido por el profesor Arthur Brooks, gurú, experto en la materia, el cual deja entre sus mensajes, que la felicidad es el resultado de la conjunción de cuatro factores: familia, amigos, trabajo con sentido y filosofía de vida.

Comparto la posición. 

Familia, porque es el eje fundamental de nuestra existencia, de donde proviene nuestra formación moral, ética, y la esencia de como enfrentamos la vida.

Amigos, porque son la base del relacionamiento social, de las conexiones, y garantes para no caer en la soledad y el aislamiento absoluto.

Trabajo con sentido, haciendo lo que nos gusta y place, pues hace parte de nuestro proyecto de vida, generando dinero por hacerlo y,

Filosofía de vida, clara, definida, alienada con quien se es como ser humano, porque es la que exalta y mueve al espíritu para mantenerse vibrando y resonando con el universo.


Son tiempos de trascender las visiones economicistas del manejo de países y empresas, hacia unas más humanistas. Sin significar que lo económico y financiero no son de utilidad, invito a considerar indicadores que vayan más allá de PIB o los flujos de caja para medir el éxito de gobiernos o empresas. Bien lo planteó Adam Smith, padre de la economía moderna en su ensayo La teoría de los sentimientos morales, donde escribió que el éxito de las naciones también debe ser determinado “(…) por la proporción y medida en que hacen feliz a su población (…)”

 

 Agradezco tu opinión. 


 

jueves, 7 de septiembre de 2023

Redes: El poder de la unión empresarial

La unión hace la fuerza.

Frase fundamental para la vida, que gana vigencia en el mundo empresarial ante el agitado y turbulento ambiente de los negocios, y que pareciera tener todo patas arriba, sin viso de mejora pronta, debido a la convulsión política, social y económica que vive el mundo por estos días.

Enfrentar las crisis con quejas y reclamos es fácil. 

Responsabilizar a otros por el no cumplimiento de objetivos lo es más, pero caer en la trampa de la fracasomanía (Albert O. Hirschman, intelectual alemán) es peligroso,  pues hunde hasta el cuello destruyendo el poder la esperanza, llevando al fondo del infierno  a quienes se apeguen a ella, y la conviertan en el argumento de defensa y justificación para no salir del atolladero. 

La fracasomanía, aquella que no permite ver lo bueno, la que promueve el desgano colectivo por actuar, se combate con el poder de lo cooperativo y colaborativo.

A la sinergia que genera el todo puede más que la suma de las partes, a partir de la construcción de redes de cooperación empresarial, o de figuras colaborativas como la franquicia, las cadenas de proveedores o clientes, que fortalecen el tejido empresarial de quienes hacen parte de ellas, ya que trabajan de manera cohesionada por un fin común, y promover un cambio radical en el entorno con el consecuente efecto económico que puede generar. 

 Para la muestra un botón.  

Un par de botones  más bien, de raíz latinoamericana y colombiana. 

La primera es la red empresarial Soy Emprendator

Red multisectorial de negocios liderada por el emprendedor colombiano Sebastián Dávila, un sujeto soñador, idealista, como los que se necesitan en estos casos, que ha conocido por cuenta propia, el poder de lo colectivo, logrando reunir a más de 2000 MIPYME´s colombianas bajo la disculpa de promover valor a través de las conexiones que se generan entre ellas, compartiendo experiencias, conocimiento y negocios, que podrían valorarse en cerca de USD 2-3 millones.

La segunda es el caso de Juan Esteban Álvarez. 

Líder en estrategias de expansión empresarial de Growbee, enamorado del modelo de franquicia, quien a construido redes empresariales a partir de la figura, promoviendo el crecimiento de negocios "desconocidos", que hoy venden entre todos, cerca de USD 10 millones al año, con bastante éxito. ´

"El potencial de crecimiento de las redes de colaboración empresarial es poderoso", Sostiene Juan Esteban. "...Proyecciones de ventas, economías de escala, rentabilidades mayores, impacto económico y social, empleo... el tema se vuelve brutal..", argumenta sobre el  poder que tiene la asociación y el pensamiento gremial. 

Por eso, amigos empresarios, emprendedores, los invito a considerar la opción de la colaboración en los negocios. A fortalecer la coopetencia, la creación de cadenas de proveedores y clientes. A desarrollar estrategias de outsourcing, que permita la concentración de socios, dueños o gerentes en el cumplimiento del core business de la empresa, delegando el manejo de las demás  áreas funcionales del negocio a quienes lo harían mejor. 

Los invito a considerarlo por estas épocas grises. 

Con toda seguridad aparecerá la luz al final del túnel que cambiará tu vida, la de tu negocio, haciendo de él uno sostenible y generador de valor.

 

   Agradezco tu opinión y comentarios.


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martes, 29 de agosto de 2023

MIPYMES SOSTENIBLES

 De años atrás, se ha puesto de moda hablar sobre sostenibilidad, en el mundo empresarial. 

Tema que no debería ser moda, sino de consciencia mental entre quienes habitamos el planeta, pero que de manera oportunista han tomado políticos, activistas, académicos, asesores y empresarios, para sacar el  mejor rédito de él, promoviendo modelos de gestión gerencial que busquen mejorar su posición a través de su desarrollo.

Muchos se han volcado con afán temeroso hacia las redes, librerías y ofertas académicas buscando definiciones precisas, claras, objetivas, de lo que el término significa, con el propósito de salvar al mundo, encontrándose con una marea de posturas y significados que terminan por enredar, sino por alejar a las gente, del interés por conocerlos mejor, ante lo confusos que se vuelven. 

No soy docto en el tema. 

Seré un atrevido para los expertos tal vez, pero pretendo a mi leal saber y entender, ofrecer una explicación a cerca de lo que sostenibilidad empresarial puede significar, y de como la opción no es tema de moda, sino de responsabilidad con nosotros mismos, y el deber cooperativo que tenemos de dejar a los que vienen, un mundo sino mejor, por lo menos no peor, del que recibimos. 

No voy acusar diferencia entre los términos que se utilizan para definir sustentabilidad, sostenibilidad, crecimiento o desarrollo. Haré la fácil para mi, la cual espero sea para ustedes, y propongo un par de definiciones pragmáticas, prácticas y simples para que las consideren en su diccionario empresarial.

Un negocio es sostenible, cuando es efectivo. 

O sea, cuando hace uso eficiente de los recursos, y es eficaz en la consecución de resultados. 

Por lo tanto la eficacia se concentra en el fin, y la eficiencia en el medio, obligando al administrador a tener consciencia en el momento de diseñar de forma estratégica la empresa, pues es desde el modelo definido que se promueve el uso desmedido de los recursos, buscando eficacia, sin importar lo que haya que hacer para lograrlo, algo que puede llevarlos a la pérdida de valor, sino a la quiebra, que es peor, debido la inefectividad con la que operaron el negocio.


Pérdida de valor.

Del que debe generar una empresa sostenible:

  • Ambiental
  • Colectivo
  • Económico

Ambiental, como consecuencia del buen uso de los recursos, promoviendo mejoras en la calidad de vida del entorno que la rodea.
Colectivo, porque la que gana es la gente, a través del tejido social que construye, fortaleciendo aspectos culturales de quienes componen el negocio a nivel interno y externo.
Económico, porque las empresas sostenibles generan riqueza para sus propietarios, y la sociedad en general. 

Y el asunto va más allá de convicciones de dueños o gerentes.

El mercado cobra lo suyo castigando a quienes considera destruyen el mundo, mal usan los recursos, maltratan a sus colaboradores, o, los ven como islotes económicos, aislados ajenos a generar bienestar de quienes están a su alrededor, no consumiendo sus productos o servicios.

Por eso, a quienes quieran tener empresas generadoras de valor, los invito a:
  • Definirse a partir de conceptos  o sentidos de negocio preocupados por el bienestar de las personas.
  • Diseñar sistemas o modelos de negocio ambientalmente sostenibles, socialmente responsables, comercial y económicamente viables, sin importar su tamaño, nivel de ingresos, o, número de empleados.  
  • Identificar el perfil  de sus seguidores desde la psicografía, considerando en él a personas preocupadas por el planeta, y por un mundo mejor.
  • Diseñar modelos de operación eficiente, bajo criterios de innovación frugal.
  • Tener modelos de ingresos sustentados en criterios de comercio justo, y,
  • construir redes de aliados estratégicos alineados con los propósitos de la empresa y la búsqueda de la sostenibilidad.
Pero lo anterior se logra a partir de emprendedores, empresarios, gerentes, con altos niveles de consciencia por el planeta, su casa, que no consideran el tema de actualidad, sino de respeto por la supervivencia y el derecho que tienen los que vienen de vivir en mejores condiciones. 

Lidere el cambio de mentalidad desde su propio negocio. 
 
Seguro el mercado y el mundo se lo reconocerá, convirtiéndolo en uno sostenible y generador de valor.





Agradezco tu opinión. 

sábado, 19 de agosto de 2023

MENTALIDAD DE EMPRESARIOS A SÚPEREMPRESARIOS

Los empresarios Mipyme, en su mayoría, deberían fortalecer el concepto de lo que esto significa ser. Pocos dimensionan la importancia de su rol en el mundo, quedando envueltos en el criterio de manejar sus negocios como trabajaderos, o unidades productivas de poca monta, perdiendo el foco de lo que significa ser uno, con todo el sentido de la palabra. 

Dice la Real Academia Española de la Lengua- RAEL-  sobre empresario, que es el "titular propietario o directivo de una industria, negocio o empresa", definición que no limita al tamaño de la empresa para serlo, y que incluso se torna cicatera al momento de trascender el título, dado el protagonismo y la responsabilidad que tienen en el desarrollo social y económico del mundo. 

De acuerdo con la ONU, en el artículo Fomentar las MIPYME mediante el apoyo a las mujeres y la juventud emprendedora y las cadenas de suministro resilientespublicado el pasado 27 de junio en marco de la celebración del día mundial de las MiPyme, anota que estas representan el 90% de las empresas del globo, generan entre el 60 y el 70% del empleo, y contribuyen con el 50% del PIB mundial, convirtiéndolas en protagonistas sin rival de la transformación económica, la generación de empleo y la búsqueda del desarrollo sostenible. 

Deja en el aire la reflexión sobre la importancia de apoyarlas en términos de política pública, así como la de promover su capacidad de gestión, con el fin de hacerlas sustentables, sostenibles, y generadoras de valor.  

En esto último me quiero detener. 

En lo de la capacidad de gestión. 

Y es que luego de acompañar a miles de ellas a lo largo de América latina, a través de programas financiados con recursos de la ONU, el BID, o USAID, he descubierto con asombro, la desidia con la que muchos de sus gerentes abordan los temas gerenciales aduciendo entre otras limitantes, el tamaño, el nivel de ingresos, el poco impacto en el mercado, o la falta la preparación académica en la materia, para no manejar de manera eficiente y eficaz sus negocios.

La noticia es que el tamaño, el nivel de ingresos, o la falta de preparación académica no son una disculpa para gestionarlas con efectividad. 

Es el interés de hacerlo bajo el manto de una mentalidad que trasciende las visiones de trabajadero, y que enruta hacia la búsqueda de la riqueza, tal y como debería ser, puesto que un negocio es una inversión que debe de ofrecer rendimientos más allá del título de propiedad.

Mentalidad.

"Modo de pensar o configuración mental de una persona", según la RAEL.

Mentalidad emprendedora, innovadora y de riqueza es la que deberían tener los empresarios MiPyme para buscar el éxito de sus pequeños negocios. Mentalidad de progreso, desarrollo, para construir un mundo diferente, mejor, y aportar al bienestar de todos. 

Es la que poseen los exitosos.

La que los diferencia de los demás, pues su objetivo está en cambiar el mundo para mejorar su calidad de vida y como consecuencia, hacer dinero. Por eso (la mentalidad)no tiene tamaño de empresa, nivel de ingreso o pergamino académico que la soporte, pues es la mente la que domina y orienta  la acción. De allí mi llamado a promover un cambio de mentalidad que supere la visión de buen trabajadero que tienen, la de la lucha permanente por la supervivencia, y la dirijan hacia una de empresa, con criterios de sostenibilidad, rentabilidad y generación de valor.  

martes, 25 de julio de 2023

AMISTAD Y NEGOCIOS

 

“Tenemos que unirnos y trabajar juntos”, propuso. “Tengo una idea de proyecto en donde podemos sacar provecho ambos”, añadió, agarrándome fuera de base como diría Lisandro Mosquera, compañero de la vida, gomoso del beisbol y 2ª. Base de su equipo de rodillones.

 

Me encontraba con mi amigo John, el contador del otro día, conversando sobre temas de finanzas corporativas y estrategia contable, alrededor del aroma y sabor de una taza de café especial con notas de manzanilla, miel y manzana verde, cuando la conversación dio un giro, y la propuesta salió a colación. 

Yo lo mire con agradecimiento pues la situación empresarial no ha sido fácil ante la incertidumbre social y económica que vive el país(Colombia), reconociendo que por mi mente alcanzó a pasar el comentarios popular en cuanto a mezclar amistad con negocios.  

“La unión hace la fuerza”, remató, reforzando la idea.  

“Así es, hermano”, le respondí con orgullo, recordando lo crítico que he sido de las posturas competitivas individualistas de la mentalidad empresarial, una en donde la mayoría, prefiere ser el dueño del 100% de nada, que del 1% de algo, cuando de temas de negocios se trata.

O sino, ¿Cuántos emprendedores pudieron ser exitosos, o empresarios evitar la quiebra, si no hubieran encofrado sus ideas en la cabeza queriendo ser los dueños absoluto de un todo que no existía, o queriendo llevar la mejor parte del pastel sin medir los esfuerzos y aportes de los demás, con la creencia de que con la idea bastaba para tener el control absoluto?

Reflexioné sobre el asunto y le dije, “¿qué hay que hacer?

El respondió, “unir esfuerzos, competencias, habilidades, diseñar un producto y ofrecerlo a nuestros clientes, y a los que caigan dentro del perfil definido.”

Hablé en tono suave. “Vamos de coopetencia”, le dije, recordando el concepto presentado por Brandenburguer y Nalebuff en 1996, que invitaba a un nuevo estilo de mentalidad en los negocios, que combina criterios de competencia, con cooperación.  

“Y de solidaridad”, argumentó  ” pues, aunque hacemos cosas parecidas en los negocios, no somos enemigos, como para que no podamos trabajar juntos”.

Valoré su comentario y con el ánimo de no quedar atrás, agregué: “Y de amistad.”

John asintió lanzando una larga y estruendosa risa para validar mi comentario, algo de lo que habíamos conversado días atrás, resaltando la importancia de la amistad en los negocios, sin oponernos a ella, siempre y cuando se enmarque en valores de transparencia, honestidad, solidaridad, lealtad y respeto, tal y como debe ser cualquier relación.  

Nos pusimos manos a la obra.

Hoy ofrecemos un servicio para las PYME que combina el modelo de gestión estratégica y financiera express- GEFE- de mi autoría, con la capacidad extraordinaria de John en la gestión estratégica contable y tributaria, con fines de promover la formalización empresarial, la generación de valor patrimonial en los negocios, y el fortalecimiento del tejido empresarial de la ciudad.

Lo hacemos con éxito.

Y hemos vinculado al proceso a amigos, expertos en otras áreas funcionales de la empresa, para mejorar los impactos prometidos. Pero lo más importante, estamos construyendo capital intelectual, social y empresarial, a partir de los valores de la amistad y la disposición de servir a los demás, que nos unen.

 

Gracias por tu lectura. Nos leemos en el próximo ensayo.

No olvides dejar tu comentarios, los apreciaría mucho.

 


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jueves, 6 de julio de 2023

¿Abrocharse el cinturón en época de crisis? Antes de hacerlo, piénselo...

 

Sentado con el gerente de una empresa que asesoro, hablando sobre la incertidumbre que presenta la economía por estos días, me decía que necesitaba con urgencia de mi apoyo para que hiciera un programa de reducción de costos y gastos sin precedentes. “El palo no está para cucharas y debo de ahorrar al máximo para enfrentar la crisis”, me dijo.

Yo lo miré asintiendo sobre la importancia del asunto, pero le dije algo que lo dejó con la boca como para que le dieran una cucharada de sopa. “En épocas de vacas flacas más que apretarse el cinturón, es importante hacer un uso efectivo de los recursos, para saber en dónde deben de reinvertirse y lograr resiliencia y crecimiento rápido” 

“¿Crecimiento? ¿En época de crisis?”, refutó él.

“Si, en época de crisis. Reinvertir el dinero en áreas que ofrezcan o potencialicen el crecimiento de la empresa para ampliar la brecha con la competencia o para ganar confianza con el consumidor son algunas acciones, invirtiendo, por ejemplo, en mercadeo”

“¿Mercadeo? No hay plata para la nómina ahora para mercadeo”, dijo. “¿Qué Pyme lo hace?”

“Muchas para tu sorpresa, pero la idea es aprovechar la crisis para desarrollar la mentalidad de inversionista cuando los demás están buscando con desespero reducir costos para mantenerse en el mercado, algo que incluso, puede llevarlos al cierre de sus empresas”, agregué.

 

Y la propuesta no era disparatada.

Estaba orientada hacia  la reasignación eficiente de recursos para impulsar campañas de mercadeo dirigidas a la búsqueda de crecimientos marginales en venta, para distanciarse de la competencia de manera contundente. Algo de poca usanza, pero nada extraño entre quienes enfrentan al toro por los cuernos, como se deduce del artículo Recesión y tiempos de crisis: ¿Recortar gastos, o invertir más en marketing y publicidad?, de Puro Marketing.

Pero el problema es la mentalidad de quienes dirigen las empresas.

La mayoría lo hace con temor, esperando el milagro divino, con el ojo puesto en la competencia sin saber que hacer, considerando que, con recortar costos y gastos, el barco no se hundirá.

Seguro ayudará, pero sin inversión no hay crecimiento. Solo quienes se han atrevido a desafiar las crisis han encontrado una oportunidad de oro para ser sostenibles, crecer, y generar valor para sus propietarios.

Allí está la diferencia entre la mentalidad de crecimiento de los exitosos, versus la del miedo escondido en prudencia, que no da espacio para el crecimiento y el desarrollo empresarial.

En tiempos de crisis, el marketing es más importante que nunca.

También el fortalecimiento de la mentalidad emprendedora, resiliente, de quienes toman decisiones comerciales. Con ella se empoderarán para identificar las mejores opciones estratégicas para negocio y recuperarse con fuerza. Aquí algunas ideas para lograrlo:

 

Invierta en mercadeo, si aún no lo hace

Actúe con rapidez y conozca de primera mano lo que su seguidor o fan (consumidor) quiere. Los sentimientos de compra del seguidor cambian con rapidez, en épocas de crisis y ellos esperan una pronta solución para satisfacer sus necesidades.  Recuerden el enfoque de públicos dinámicos propuesto en artículos anteriores. No se deje atrapar de la noche rumiando ideas que necesitan ejecutarse con celeridad. Es mejor corregir sobre la marcha. Diseñe o mejore sus canales de comunicación para identificar y comprender lo que ellos quieren.

Promueva estrategias de marketing de embudo.  Te ayudarán a fortalecer la demanda existente y a crear una nueva fortaleciendo la marca y los aspectos comerciales del negocio. Construye tu embudo, y combina acciones de mercadeo tradicional con el de rendimiento para optimizar la inversión, buscando capitalizar acciones de compra inmediata, construyendo a la vez, relaciones de largo aliento. Conoce más sobre esta estrategia de mercadeo muy utilizada, por estos días.

Mentalidad de inversionista del equipo estratégico de mercadeo. No para recortar gasto sin sentido sino, para optimizar la aplicación del recurso en la potencialización de acciones que faciliten el desarrollo de productos/servicios, de nuevos mercados o la ampliación de los existentes; que permitan comunicarse mejor o la construcción de comunidades de fans con la marca. Debe fortalecerse, además, el diseño de modelos e indicadores de medición para medir la efectividad (eficiencia + eficacia) de las acciones y el uso del dinero.

Acción. No hay mucho tiempo para actuar. La supervivencia de la empresa esta en juego y no hay mucho tiempo para actuar. Identifique necesidades, Fíjese metas financieras y comerciales realizables, proponga un plan de acción y comprometa al equipo a la acción.

 

Muchos de ustedes se escudarán en el tamaño del negocio, para no asumir el reto. De no contar con el recurso humano para hacerlo, recurra a un experto, a una entidad de fomento empresarial del orden público o social,  o  una universidad para que quienes conocen sobre el tema, le den una mano. Los tiempos difíciles ofrecen oportunidades para sacudir a la competencia y ganar terreno frente a los seguidores. No es tiempo de apretarse el cinturón, es el de impulsar el crecimiento y la resiliencia para vencer la incertidumbre.

 

 Gracias por tu lectura. Nos leemos en el próximo ensayo.

No olvides dejar tu comentarios, los apreciaría mucho.

 

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jueves, 29 de junio de 2023

EN ÉPOCAS DE VACAS FLACAS...

“Hmm… esto esta difícil…” “Las ventas están paradas…”  “La plata amarrada…” “La gente no compra…” “Recesión económica…” “El presidente…”  “Mi señora…”

Son algunas de las respuestas que se escuchan de empresarios que justifican por estos días, la difícil situación financiera que viven, a la espera de una crisis económica sino social, que logra cuajarse y que tiene a todo el mundo al vilo de la incertidumbre y el pánico.

Nada nuevo para América Latina.

Región de incertidumbre, caos, desorden económico, político y social, que debería tener a los empresarios curtidos, llenos de capacidades y experiencia para combatir las lides de la zozobra y la preocupación, ejecutando estrategias para sortear y capotear la crisis actuando, y quejándose menos.  

Pero se han quedado esperando las lenguas de fuego del espíritu santo de los negocios, buscando la respuesta ideal, única; la acción precisa que les diga cómo enfrentar las épocas, perdiendo de foco que se encaran con acción y apoyo técnico  para disminuir el riesgo del fracaso, apelando a la actitud proactiva para superarlas, al ser emprendedor para capitalizarlas, y ganar terreno frente a los que se quedan durmiendo en las redes de la disculpa, el temor, y el pánico colectivo, para no avanzar.

Por eso increpo a los empresarios Mipyme que me leen para que dejen el temor de hacer y ejecutar. A no caer en el facilismo de la disculpa pública, generalizada que se convierte en una telaraña que ahoga, en un nudo envolvente que no deja pensar, convirtiéndolos en una fila errante de autómatas que va hacia el fracaso porque ninguno, o muy pocos, se atreven a salirse de ella, y tomar las rienda de su propio destino.

 

He escuchado y soy testigo de que las épocas de vacas flacas ofrecen oportunidades para emprender, crecer o desarrollarse como empresarios exitosos.  

Qué lo diga Arturo Calle en Colombia... Uber… Burger King…  ¡MICROSOFT! ¡STARBUCKS!... empresas que iniciaron sus operaciones durante períodos de recesión económica y hoy son ejemplo de éxito y emprendimiento[1].

Yo mismo soy un caso de lo que menciono, así no aparezca registro en ningún lado. Vivo del acompañamiento técnico profesional (consultor, tutor, asesor, etc.) desde el año 2.000, después de sufrir en carne propia la crisis económica de finales del siglo pasado, cuando al verme sin futuro asegurado, decidí colocar mi conocimiento al servicio de los demás, ganándome un buen puesto como experto en desarrollo de negocios con universidades, entidades públicas, privadas, nacionales e internacionales dedicadas al fomento del empresarismo y el mundo de los negocios.    

¿Qué pasó?

No me quedé llorando, ni quejándome a la espera de la idea perfecta, la situación ideal, las cuales no existen, puesto que  las ideas y las situaciones generan oportunidades, potenciales que deben ser aprovechados por los empresarios para buscar la sostenibilidad y la generación de riqueza.  

Me encontraba con John, un amigo contador, que me decía sentados entre bebidas aromáticas y café, “La situación está dura”.

 Yo le respondí, “Si, mucho. Y, ¿Qué vamos a hacer para enfrentarla?”

El subió las cejas, me miró con ojos de confusión, y me dijo: “Esperar a ver”.

“¿Esperar a qué?”, le refuté. “¿A quedarnos sin trabajo?”, agregué, haciéndolo estremecer en la silla.

Me miró esperando una respuesta.

La ideal, la suprema, estimo yo, una que le diera la fórmula mágica para salir de la pesada situación.  Entonces, en esa manía de catedrático y de estar cosntruyendo modelos para todo, agarré una servilleta de la mesa, saqué un lapicero y comencé a hacer rayas, flechas y gráficos sobre ella diciéndole:

“No queda sino movernos, hermano… Rediseñar el negocio”.

Me miró de nuevo, y escuchó como un alumno aplicado lo que tenía para decir, y retomar el control y rumbo de nuestras empresas, dedicadas al servicio empresarial.

“No es una fórmula”, le dije. “Creo que es lo fundamental. Es como regresar a las bases, a lo básico”, anoté con entusiasmo, esbozando el esquema, tratando de definir los criterios bajos los cuales lo estaba construyendo.

 

Enfoque de fan o seguidor

Lo propuse en el artículo, Públicos Dinámicos: Clientes no, club de seguidores . Cambie la forma de relacionarse con ellos. Construya relaciones basadas en la lealtad, fidelidad, el amor y la pasión. Hablé con ellos. Sepa que quieren, por qué, cuando, dónde.  Realice actividades comerciales y de acercamiento que lo lleven a comprenderlo mejor. Encuentros tipo convención o de entretenimiento, grupos focales; eventos comerciales de acceso a precios especiales, co-creación o hablar con expertos, pueden ser algunas  dirigidas a construir una comunidad en torno a la empresa.

Rediseñar modelo de negocios

La forma de operar una empresa para que sea sostenible y generadora de riqueza debe de evaluarse de manera permanente en especial, en tiempos de angustia. Definir el qué hacer, para quien y cómo hacerlo, ofrecerá una mejor perspectiva del negocio, en especial, después de validar en el mercado, sus intereses y expectativas. La herramienta del Star Model de Urrego para el diseño de modelos de negocio o cualquiera de las que haya en el mercado, orientará su realización.

Enfoque de alta diferenciación

No copie ni haga lo que otros hacen incluso, sea exitoso. Funciona para ellos, no necesariamente para usted. Las crisis se enfrentan creando ofertas diferentes que se acomoden de la mejor manera a lo que los clientes requieren. Sorpréndalos con productos, servicios, formas de relacionamiento salidas de lo normal. Considere a su cliente como un seguidor o fan que va con usted hasta el final. Es la base de la innovación.

Mejore sus habilidades de observación, cuestionamiento, imaginación, cooperación y proactividad para crear soluciones únicas para sus seguidores. No se preocupe por el que dirán. Concéntrese en la respuesta de ellos. Son los que dan la guía si lo propuesto va por buen camino

 

John miraba la servilleta pensativo.

“Urrego”, me dijo. “Diseñemos un producto contable financiero a la medida para los empresarios MiPyme, para que sepan donde se encuentran ante la situación”.

Le dije “Cuente con eso” y nos despedimos sin novedad, por aquel día.

En la noche mi mente curiosa trabajó sin descanso.

Fue el chispazo creativo para crear el Modelo de gestión estratégica y financiera express -GEFE- de exitosa aplicación entre la naciente comunidad de empresarios que comenzamos a construir, alrededor de ella.

Así decidimos enfrentar el amago de crisis eterna en la que se construye vida y empresa en nuestro entorno latinoamericano. Llenos de temor seguro, pero sin esperar que del cielo, nos caiga el martillo para clavar los clavos.  

 

 

Gracias por tu lectura. Nos leemos en el próximo ensayo.

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[1] https://www.businessinsider.es/13-empresas-nacieron-crisis-economicas-han-triunfado-625667

miércoles, 21 de junio de 2023

WANTREPRENEUR..o QUERER SER EMPRENDEDOR...

“Nada, profe”, me respondió quien otrora, fuera uno de mis mejores alumnos de emprendimiento, un día que nos encontramos en el centro comercial. “Sigo madurando la idea”, remató incómodo, ante la pregunta.

Yo arqueé las cejas, hice un leve movimiento con la cabeza como si fuera asentir con asombro, y le dije: “¿Madurando? Y, ¿cómo sabes cuando la hará?”

Goez me miró con cara de no tener respuesta.  Distrajo la mirada por un par de segundos, y tras un tenso silencio, se despidió tímido dejando un halo de frustración en el ambiente, seguro maldiciendo el momento en que nos volvimos a encontrar.

Lo observé alejarse y entre dientes musité “es un Wantrepreneur”.  

“¿Wantrepreneur?”, Se preguntará usted apreciado lector, extrañado con la palabra.

Wantrepreneur”, repito yo, explicando que se trata de un término en inglés que da cuenta de aquellas personas que sueñan, desean, y hasta se obsesionan, con ser emprendedores, tener su propio negocio, pero no concretan nada.

Latinoamérica está lleno de ellos.

De muchos que sueñan con tener su propia empresa, ser sus propios jefes, volverse ricos, y famosos, gerenciando sentados tras grandes escritorios con las piernas estiradas, fumando tabaco. 

Pero la idea no pasa de allí.

De la ilusión exitosa que tienen en la mente.

Asisten a reuniones, ruedas de negocio; participan en concursos de emprendimiento, ganando incluso algunos de ellos; llevan tarjetas de presentación personal para repartir en todos lados, cotorrean presumiendo acerca de lo buena que es la idea, de lo exitosa que puede ser, del modelo, de las proyecciones que tiene, utilizando a la perfección el argot del mundo de los negocios, pero al confrontarlos por su materialización, tienen una disculpa de “peso” para no haberla ejecutado.

Pareciera que describo a profesores de emprendimiento universitario, pero no es así. El Wantrepreneur está entre nosotros sin esconderse. El factor cultural ayuda para su promoción. No obtiene logros por aferrarse como garrapata a disculpas sostenidas en el miedo por el qué dirán, a la falta de recursos, o al “mañana empiezo”, para iniciar lo soñado.  

He sido uno de ellos.

Aún, siendo un emprendedor por naturaleza, de haber iniciado decenas de emprendimientos empresariales entre exitosos y fracasados, he caído en sus redes en algunos momentos de mi vida. He vivido y sentido en carne propia la impotencia de desarrollar una idea de negocio y no lograrlo, por llenarme de disculpas solo validas en mi mente, para después llorar, y carcomerme de la rabia por no haberla concretado, o viendo como otros la materializan y son exitosos con ella.

¿Y cómo se si soy uno de ellos?, se indagará amigo lector, inquieto con el tema.

Considere alguno de los siguientes aspectos para evaluar si hace parte del grupo. De serlo, trabaje para salirse del apelativo y consolidarse como un verdadero emprendedor:

 

Preocupación excesiva por las ideas: No existe la mejor idea, ni la más madura. Lo importante es tener claridad frente a la necesidad de mercado que se va a satisfacer, para generar una idea de negocio con alto sentido de diferenciación o innovación, para lanzarse al ruedo sin temor. Socialízala con expertos de confianza, valídala con el mercado para medir su potencial, dejando de lado el miedo a que la “roben”. Si ese es tu temor, lo más probable es que no tengas una tan buena como lo crees. Utiliza herramientas para evaluar su viabilidad, como el diamante de las ideas innovadoras de Jorge Mesa Cano[1],profesor de la Universidad EAFIT de Medellín, para medir y potencializar su desarrollo.

Queja por recursos insuficientes: Inicia con lo que tienes.  El capital, los recursos técnicos, tecnológicos o humanos nunca serán suficientes para poner en marcha el negocio ideal. Saca a flote tu capacidad discursiva y capitalízate a través de las preventas; utiliza la figura del outsourcing para finiquitar procesos productivos, si el problema es de capacidades, recursos técnicos o humanos. Cede poder  y participa del negocio a otros. Siempre será mejor ser el dueño del 1% de algo exitoso, que del 100% de nada.    

Procrastinación: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. No hay que esconder tras disculpas los temores, falencias y a falta de proactividad personal, para aplazar el montaje y puesta en marcha de una empresa o proyecto.  Las disculpas no validan nada, y solo crean vacíos de frustración al ver incumplidos los sueños y deseos de cada uno. Te invito a la lectura de mi artículo Procastinando… ando   en este mismo blog, y mira opciones para superarla[2].

Miedo al fracaso: Muy pocos emprendimientos salen exitosos a la primera. Lo normal es caer para levantarse una y otra vez, hasta que logres lo que te has propuesto. Ninguno de los llamados “grandes emprendedores” lo hizo a la primera. No te contagies de la incompetencia y el miedo colectivo por alcanzar logros mayores.

 Mi artículo El Fracaso Hace Parte de la Vida, te dará una idea de como asumiéndolo, te irá mejor[3].  

No proyecto de vida: Define tus objetivos y metas de vida. Es la base para actuar con pasión, y cumplir los propósitos definidos. Se es emprendedor por convicción. No por casualidad ni necesidad. Conocerse bien a sí mismo: capacidades, debilidades, fortalezas, sueños, deseos, ideales, te ayudará a clarificar tu futuro y encaminarte hacia él.  

 

Para terminar, hago invitación para fortalecer las actitudes del emprendedor propuestas en el escrito Emprendedor, personaje del siglo XXI. Con su desarrollo, superarás el trance de convertirte en un Wantrepreneur, si la situación es de paso, como me sucedió. De lo contrario, trabaja para fortalecer tus competencias intraemprendedoras, y perfílate para ser el empleado o el ejecutivo del mes poniendo tus capacidades al servicio de otros. No todos nacimos con la capacidad de ser emprendedores empresariales. El comentario no es despectivo, es reflexivo. Al fin y al cabo, una cosa es soñar y querer, otra, hacer realidad.

 

Gracias por tu lectura. Nos leemos en el próximo ensayo.

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[1] Jorge Mesa Cano. Generación y Captura de Ideas: Un Reto para la Innovación. Catedra de innovación empresarial.  https://www.eafit.edu.co/escuelas/administracion/emprendimiento-academico/bitacora-de-innovacion/casos-catedra-de-innovacion/Documents/Generacion-y-Captura-de-Ideas-Un-Reto-para-la-Innovacion.pdf

[2] Andrés Urrego. Procrastinando…Ando. https://losentrepreiners.blogspot.com/2022/12/procrastinando-ando.html

[3] Andrés Urrego. El Fracaso Hace Parte de la Vida. https://losentrepreiners.blogspot.com/2022/11/el-fracaso-hace-parte-de-la-vida.html


miércoles, 14 de junio de 2023

Emprendedor, personaje del siglo XXI

Mucho se habla de la mentalidad emprendedora. De lo importante que es desarrollarla, y de cómo ser emprendedor(a) puede salvarte hasta la vida, en especial por estos días, cuando estamos a punto de cumplir el primer cuarto del siglo XXI: el de la 4ª. Revolución, la revolución digital; el de la era del emprendimiento y la innovación, según los expertos.

La mentalidad emprendedora no es exclusiva de quienes quieren tener su propio negocio. Es una actitud frente a la vida de quienes no esperamos a que las cosas sucedan, sino, que, por el contrario, las hacemos suceder saliendo como caballos desbocados, huyendo despavoridos de las redes de la procrastinación, palabra que por cierto estremece con solo oírla, en especial si se es del género masculino, llevando en la mayoría de las casos al error, al camino equivocado, creando caos entre quienes nos rodean y aman, al vernos girar sin dirección en nuestras vidas.


La búsqueda de la independencia social y económica como eje motivador del emprendedor, es personal y propia. Se lleva en el corazón, en lo profundo del alma, y no es asunto para cualquiera.

Hay que tener piel de aguante para ser uno en una sociedad que castiga a quien decide poner cote a su destino, y es visto como si fuera lo peor, una paria social e irresponsable por hacerlo, recibiendo críticas por haber tomado la decisión de “jugar” con su futuro y el de quienes lo rodean.

No lo digo yo.

Lo respalda los informes del Global Entrepreneurship Monitor -GEM- al mencionar razones por las que en latinoamericana el emprendimiento empresarial  no es la primera opción, a pesar de los esfuerzos hechos por gobiernos y universidades por sacar a la calle emprendedores como arroz, y convertirlos en instrumentos de desarrollo social y económico, tal y como ocurre en los países del norte, en donde la situación es diametralmente opuesta.

Soy de la creencia de que todos somos emprendedores por naturaleza. Pero el entorno se encarga de apagar o avivar la llama que necesitamos para continuar. La presión social por el sueldo y el empleo estable, castigar el fracaso, el afán por el resultado y demeritar a quien inicia su propio proyecto empresarial "por "loco", ataja a más de uno en el impulso emprendedor, como lo muestra la fuente de información referenciada, en investigaciones y datos emitidos por años en sus plataformas.[1]

Ser emprendedor no es cosa de la noche a la mañana. 

Es el resultado de años de trabajo, del perfeccionamiento y desarrollo de una serie de habilidades y actitudes que hacen que con el tiempo se sea mejor, cumpliendo con un  proyecto de vida claro y definido, para el caso de este escrito, dedicado al emprendimiento empresarial, para alcanzar la independencia social y económica mencionada.

En eso hago valer mi tendencia agorista de nivel moderado en el tema.

En  optar por la opción del empresarismo, del montaje de empresas o la independencia profesional para lograrlo, entendiendo que no todos los seres humanos tienen las condiciones para ello, pues exige una forma diferente de ver y asumir la vida.

Según el GEM, se estima que en el mundo hay cerca de 580 millones de emprendedores. 

Casi el 7% de la población mundial, o sea muy pocos,  lo que nos hace pertenecer a un grupo minoritario, si no bien selecto, de personas con un interés profundo, visceral, por ser libres, independientes social y económicamente. Personas que tenemos el deseo de construir un mundo mejor, más allá del interés primario por el dinero, solucionando problemas, satisfaciendo necesidades o aprovechando oportunidades de negocio, como otros no lo han hacen. 

Lo hacemos porque tenemos en un nivel superior una serie de habilidades y actitudes que nos hace más emprendedores que el común. Ojo, más emprendedores, no superiores. Actitudes que marcan la diferencia entre un emprendedor empresarial y quien no lo es, y que tienen que ver con el ser, con la forma  de abordar la vida y su cotidianidad y que propongo para desarrollar la mentalidad emprendedora y enfrentar las exigencias del siglo XXI, de mejor manera. :


Pasión

Es una emoción que lo hace ir a uno hasta el final sin recriminar ni renegar, de los obstáculos que se presentan. La pasión fortalece la capacidad de orientación al logro que todo emprendedor debe tener. Se desarrolla en la medida en que uno se conozca mejor, y se tenga un proyecto de vida claro. 

Curiosidad

Es una habilidad del ser que lo lleva a uno a buscar el origen, la razón y las consecuencias de las cosas. Es la base para desarrollar el pensamiento crítico y analítico,  y mejorar el proceso de toma de decisiones. Analizar situaciones utilizando el árbol de problemas, por ejemplo, ayuda al mejoramiento de la actitud.

Imaginación

Es una habilidad de la mente por crear cosas. Promueve la amplitud perceptual, y apoya al pensamiento creativo para crear soluciones únicas e innovadoras. Inventar historias, realizar ejercicios de creación artística, lluvias de ideas para plantear soluciones, ayuda para ser más imaginativo. 

Cooperación

Es la forma de actuar de manera conjunta, voluntaria, con otras personas para cumplir un objetivo. Fundamenta la capacidad de trabajo en equipo, una competencia vital del siglo XXI. La realización de actividades y juegos grupales, la creación de comunidades sostenibles con los mismos intereses, son algunas acciones que seguir para promoverla de manera efectiva.

Proactividad

Es la capacidad de tener iniciativa y arrancar cosas sin esperar a que otros lo hagan, Es la esencia del emprendimiento, y desarrolla la orientación a la acción en el emprendedor.  Planear, ponerse retos, metas, evitar procrastinar e iniciar proyectos, son algunas actividades a realizar para promover la competencia.

Pasión, curiosidad, imaginación, cooperación y proactividad, cinco actitudes del siglo XXI que llevarán a cualquier emprendedor, a un nivel superior. Buscar su mejoramiento y desarrollo será una tarea a seguir por quienes quieran sobrevivir en el duro mundo del emprendimiento empresarial, uno que no escatima en costos para aplacar a quien no se encuentra preparado para enfrentarlo y sobresalir en él.

 

Gracias por tu lectura. Nos leemos en el próximo ensayo.

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[1] Global Entrepreneurship Monitor. Resultados del proyecto de  investigación. GEM. En https://gemcolombia.org/publicaciones/